Lehi es un profeta en Jerusalén. Dios le advierte en un sueño que tome a su familia y salga de allí, porque la ciudad será destruida. Él y su familia cruzan el océano hacia las Américas.

Lamán y Lemuel, los hijos mayores, no creen a su padre. Siempre se quejan y les cuesta seguir a Dios. Pero su hermano menor, Nefi, está lleno de fe. Nefi es elegido por Dios para dirigir a su familia y ser su maestro.

Los hermanos y sus esposas tienen hijos y se dispersan. Lamán y Lemuel odian tanto a Nefi que quieren matarlo. Con el tiempo, el pueblo se separa en dos grupos: los nefitas y los lamanitas. Estos grupos a menudo están en guerra, y su fe se prueba constantemente. Esa fe llena las páginas del Libro de Mormón en forma de potentes sermones, lecciones de vida y experiencias espirituales.

Después de resucitar, Jesús se aparece a la gente en el continente americano. Les enseña acerca del bautismo y el perdón. Él sana a los enfermos y bendice a los niños y establece Su Iglesia. A diferencia de los de Jerusalén, estas personas escuchan a Jesús. Después de eso viven en paz durante cientos de años.

Con el tiempo, las personas pierden la fe y de nuevo se desata la guerra, lo que acaba con los nefitas. Los lamanitas, que sobrevivieron, están “entre los antecesores de los indios de las Américas” (Introducción del Libro de Mormón).