Todo sobre los misioneros

Cada miembro tiene el deber de compartir el Evangelio; sin embargo, servir una misión de tiempo completo o no hacerlo siempre es una elección. Se anima especialmente a los jóvenes a servir misiones, ya que es una excelente oportunidad de aprender, prestar servicio y crecer.

No. De hecho, muchos misioneros pagan sus propios gastos. A menudo ahorran con años de antelación. A veces las familias hacen sacrificios económicos para poder enviar a un misionero.

No. De hecho, “Élder” no es un nombre sino un título para los misioneros varones. De manera similar, a las misioneras se las llama “Hermana” seguido de su apellido. Son títulos de respeto y honor.

No. Líderes inspirados de la Iglesia asignan a cada misionero a un área específica donde prestará servicio. Algunos se quedan en su país de origen y otros van al extranjero, pero todos se sienten felices de servir con el conocimiento de que la asignación, en definitiva, proviene de Dios.

Dependiendo del día, puedes encontrar a los misioneros visitando a otras personas, como voluntarios prestando servicio a la comunidad, enseñando acerca de Dios, etcétera. Pero nunca están demasiado ocupados para ayudarte si lo necesitas.

Trabajar de dos en dos ayuda a mantener a los misioneros a salvo. También sigue el modelo que estableció Jesús: “Y llamó a los doce y comenzó a enviarlos de dos en dos” (Marcos 6:7).

Hay más de 65.000 misioneros Santos de los Últimos Días de tiempo completo por todo el mundo. Es probable que haya misioneros en el área donde vives si alguna vez los necesitas.