Tu familia puede perdurar para siempre
Jesucristo hace posible que podamos reunirnos con nuestras familias y nuestros antepasados después de esta vida.
Las familias son importantes para Dios
Las familias son la parte central del plan de nuestro Padre Celestial para nuestra felicidad. Nacemos dentro de una familia. Aspiramos a establecer relaciones familiares fuertes. El hogar puede ser un lugar donde sentimos amor, seguridad y apoyo. Dios no desea que los lazos familiares acaben cuando morimos. Gracias a los templos, podremos reunirnos con nuestras familias en la vida venidera.
¿Hasta que la muerte los separe?
Cuando los miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días se casan, ellos entienden que se espera que el matrimonio dure para siempre. Las ceremonias de casamiento en los templos contienen las palabras “por el tiempo y por toda la eternidad”, no “hasta que la muerte los separe”. Pero no son las palabras las que hacen posible el matrimonio eterno; es el poder de Dios.
El poder de Dios para unir
En la Biblia, Jesús dio a los doce apóstoles el poder para sellar, o las “llaves” para sellar. Ese poder suponía que el matrimonio, y muchas otras bendiciones maravillosas, podían durar para siempre. Las “llaves” hacen posible que el matrimonio sea sellado, o unido para siempre. Nada puede romper ese sello excepto la infidelidad a las promesas que hacemos a nuestro cónyuge y a Dios.
Cuando Dios restauró Su Iglesia por medio de José Smith, Él también devolvió a la tierra el poder para sellar. Cuando las parejas se casan en un templo de los Santos de los Últimos Días, la persona que oficia la ceremonia ha recibido permiso para usar ese poder.
El poder para sellar se extiende a los hijos
Los niños que nacen en el seno de un matrimonio efectuado en el templo son automáticamente “sellados” a sus padres. Las familias que se unen a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días más tarde en la vida también pueden ir al templo para ser selladas.