Al igual que tus padres aquí en la tierra, tu Padre Celestial desea escucharte y hablarte. Cuando oras, Él escucha. Luego, Él contesta tus oraciones en forma de pensamientos, sentimientos espirituales, Escrituras o incluso las acciones de otras personas.

Las Escrituras enseñan que “Dios es amor” (1 Juan 4:8). Puedes sentir ese amor al hablar diariamente con Él por medio de la oración, buscando Su guía en tu vida.

Orar y escuchar las respuestas que Dios te da puede ayudarte a entender mejor tu propósito en la vida. Dios te ayudará a entender por qué estás aquí y lo que puedes hacer para regresar a vivir con Él después de esta vida.

Cuando oras a Dios en privado, puedes resolver decisiones importantes en tu vida. Dios siempre escucha y a menudo proporciona las respuestas y la guía específicas que buscamos. Aun cuando Él decida no responder de inmediato o de la manera que nosotros hubiéramos esperado, la oración en sí misma es una manera de hallar paz.

Jesús aconsejó a Sus discípulos: “Velad y orad para que no entréis en tentación” (Mateo 26:41). Por medio de la oración, podemos vencer las tentaciones de pecar. Ora para pedir la ayuda de Dios para evitar que tomes decisiones equivocadas. Eso te dará la fortaleza para hacer lo correcto.

El propósito de la oración no es necesariamente decirle a Dios cómo quieres que haga las cosas. Más bien, es para entenderlo mejor a Él y Sus caminos, alineándote con Su voluntad. Como a menudo se le atribuye a C. S. Lewis decir, la oración “no cambia a Dios. me cambia a mí”.

Jesús ayunó durante cuarenta días y cuarenta noches antes de comenzar Su ministerio en la tierra. Al hacerlo, habló en oración con Su Padre Celestial. Del mismo modo, si oras y ayunas, puedes sentirte más cerca de Dios y comprender mejor las cosas que Él desea que hagas.

En las Escrituras, vemos muchos ejemplos del Señor obrando milagros en respuesta a oraciones. En la época del Antiguo Testamento, el profeta Daniel fue arrojado al foso de los leones, porque se rehusó a dejar de orar. Cuando oró a Dios en el foso de los leones, aparecieron ángeles que cerraron la boca de los leones. Por medio de la oración diaria, también puedes experimentar milagros personales como la sanación, la paz y el perdón de los pecados.

Al orar diariamente, invitas al Espíritu Santo a estar contigo, a darte consuelo y a guiarte. El Espíritu Santo puede darte respuestas, ayudarte a sentir el amor de Dios y traer sentimientos de paz y gozo a tu corazón.

Jesús dio el ejemplo perfecto de la oración. Si tratas de seguir Su ejemplo por medio de la oración, llegarás a ser más semejante a Él y desarrollarás una mejor relación con Él y con el Padre Celestial.